27 agosto, 2007

Padres E Hijos

Desde hace varios días he estado pensando en este post, el cual para mí tiene cierta carga sentimental debido a que perdí a mi padre a causa de una enfermedad degenerativa hace 3 años.

Últimamente he observado en la calle, y me he fijado en muchos padres que andan con sus hijos, ya sea tomándolos de la mano para cruzar corriendo una avenida atestada de vehículos en una tarde lluviosa, o un niño de aproximadamente 14 años que cobra el pasaje en el autobús que conduce su padre, y muchos otros casos que a diario se ven en la calle en donde se nota que los niños realmente admiran o se sienten felices al lado de la figura paterna. Ahora bien, observando estos casos, me he preguntado: ¿En qué momento uno se aleja de esa figura paterna que tanto admiramos cuando niños?
Esta pregunta la hago, porque si nos vamos a la realidad, a partir de los 16 años o un poco antes, ya los hijos comienzan a ver a los padres de distinta manera y tan solo buscan la forma de desobedecerlos o causarle molestias, todo eso aunado a que ya sea por el trabajo o por diversas ocupaciones del padre, las relaciones que se establecieron en la niñez se van deteriorando. Creo que todo es un ciclo, y así como el hijo necesito al padre cuando era pequeño, el padre necesita al hijo cuando va envejeciendo para recuperar el tiempo y ser tratado como un hijo.


"Basado en Cats in the Craddle de Harry Chapin"