27 febrero, 2008

...Sus Últimos Días...

Él no sabía que iba a suceder, tan solo se fue de viaje a la playa, que era lo que mas disfrutaba en sus días de enfermedad, y aunque según los médicos el calor de la costa no le hacia bien a sus pulmones, tan solo quería alejarse de la profunda realidad que lo agobiaba.

Pasó varios días disfrutando del sol, la arena, la brisa del mar y el sonido de las olas golpeando con fuerza la orilla, mientras pensaba en su vida y todas aquellas cosas que había logrado, y sabiendo que esa sería la última vez que observaría al sol ocultarse en esa línea lejana del horizonte. Al regresar a su casa, de donde sabía que no volvería a salir jamás, sus músculos eran casi inexistentes y sus pulmones ya no funcionaban por si solos, necesitaba de una maquina para poder respirar, pero se sentía tranquilo al lado de su familia y de la gente que lo quería.

Durante esos últimos días, aún buscaba de algún lugar, fuerzas para pararse de la cama donde estaba y ver el sol de la mañana y sentir esa brisa fresca en la cara, observar los carros pasar por la avenida, y simplemente buscar la manera para decirle a su hijo cuanto lo quería y cuan orgulloso estaba de él, cosa que por su crianza y manera de ser, le era muy difícil de hacer, siempre le era difícil expresar lo que sentía.

Una tarde mientras el sol se ocultaba y las aves buscaban un lugar para descansar, la doctora lo fue a ver y le dijo que simplemente no había otra salida, que tendría que ser hospitalizado, y al escuchar esas palabras entendió que su hora estaba llegando.
Luego en la noche, acostado en su cama, con su esposa al lado y con su hijo a la guitarra ejecutando los inicios de una balada, pensó que simplemente, había conseguido todo lo que un hombre deseaba tener: una esposa maravillosa en la cual apoyarse en las buenas y las malas, y unos hijos para formar una bonita familia.

Así, con sus pensamientos vagando en su mente, su esposa susurrándole algunas palabras de aliento y acariciándole el cabello, unas suaves notas de una guitarra clásica adornando los sonidos de la noche, cerró los ojos y se entregó a los brazos de la eternidad….mientras que su mujer y su hijo caían en su pecho, dejando brotar las primeras lágrimas de llanto…

Espero que donde quiera que este, termine de escuchar la canción que esa noche comencé a tocar...