03 abril, 2011

...Cambiando su vida (I-III)...

Una rutina poco usual

Al despertar se sentía plácido, como siempre le pasaba luego de haber tenido sexo. Su cuerpo estaba relajado, su piel tersa por haber liberado tensión y sus músculos firmes por el ejercicio.

La habitación estaba vacía. Todo lo que había era una mesa de noche a los pies de la cama, un closet desordenado con unas pocas prendas de ropa y un bombillo colgado del techo. 

Lo había vuelto a hacer, a su lado yacía una mujer desconocida con los ojos fijos y abiertos al infinito, su cabello masacrado por la sesión sexual y el vientre agujereado por al menos 15 puñaladas certeras. Bajo ella las sabanas estaban teñidas de sangre, que le permitían al hombre disfrutar de la escena.

Al levantarse de la cama, pensó que su víctima era la más hermosa hasta ese momento en tener la suerte de caer en su rutina poco usual.
La observó para admirar su quietud sepulcral, su piel blanca por la falta de sangre y el cuerpo desecho pero aún femenino.

Horas antes se atrevió a conocerla en un bar, hablaron de tonterías usuales entre par de desconocidos por unos minutos y después los tragos se encargaron del resto.
En la habitación se desnudaron, hicieron el amor con saña y pasión, como dos animales saciando instintos primitivos pero necesarios.

Después de llegar al orgasmo, ella fue al baño, una extraña costumbre de mujeres que a él le permitía hacer lo que tenía que hacer. Sacó su cuchillo de debajo de la cama y esperó.

La chica al salir fue recibida por una puñalada certera a la altura de las costillas, luego un golpe tras otro que no le permitieron respirar. Su cuerpo fue levantado como una bailarina en un vals de muerte para luego caer en la cama totalmente masacrado.

Ese sí había sido el orgasmo del hombre. La muerte de la chica le brindaba un placer indescriptible al acabar con una vida, alguien de quien ni siquiera conocía el nombre, la identidad o el pasado, simplemente había estado en el planeta para eso, ser asesinada por él.

La miró de nuevo y la cubrió, ya ese cadáver no le servía. Tarde o temprano tendría que salir de nuevo...