08 marzo, 2017

Una copia en el tiempo (I)

reflejos-espejo

Sentado frente al espejo trato de recordar cómo era hace 5 años, intento rescatar mi vida que me ha sido arrebatada de un modo incansable, automático y sin misericordia día tras día.


Un reflejo de un desconocido me saluda, me hace un guiño y sonríe, tan inquietante como el Guazón, pero sin el delineador rojo y con una ligera desviación hacia el lado derecho, al mejor estilo de Harry El Sucio.

Bajo su ojo izquierdo está un pequeño lunar que contrasta con la mirada, llena de vida y con ganas de tragarse al mundo. Me fijo en lo profundo de esos ojos, me parece que puedo ver lo infinito del universo allí e incluso un alma casi inocente.

El reflejo comienza a hablar, gesticula y me parece que grita, no puedo escucharlo. Señala su barriga, un poco abultada por las copiosas cantidades de cerveza y comida. Pasa la mano por su cabello, totalmente despeinado y negro, parecido a una melena de un infante recién llegado de hacer desastres en un parque.

Se quita la franela, aún lo desconozco. Está rechoncho, lleno de al menos 5 tatuajes y totalmente lampiño, excepto por las piernas que parecieran nunca haber sido "podadas" o rebajadas.

No sé quién es él, no entiendo dónde quedó esa persona. Me quito mi franela, mis brazos están más flacos, mi vientre está completamente plano y la grasa se ha ido, la felicidad ha muerto.

Ya no me parezco a mi reflejo de hace 5 años. Mis ojos se apagaron, la sonrisa se extinguió y solo quedo yo, esperando por lo inevitable...