04 septiembre, 2017

El ciclo infinito


Estoy muriendo. Mi cuerpo está destrozado, prácticamente picado en retazos que comienzan a soltar ríos de sangre que pronto se convierten en un océano. Me ahogo. 

Dentro de ese mar rojo hay pequeños peces de fuego, nadando e incendiando todo a su paso. Los tiburones, las algas, las piedras, todo se reduce a cenizas. Ya no existo.

Las llamas son tan grandes que la sangre se evapora, convertida en chispas que suben a los cielos como pequeños puntos brillantes. Las nubes, pequeños retazos de algodón, se prenden en un fuego amarillo con vetas azules. Todo el planeta se quema. No hay nada.

En unos minutos el planeta estalla. La gran explosión causa un destello, y allí, rodeado por las llamas nace un monstruo de fuego. Brazas en los ojos, cuerpo incandescente y una boca que escupe pequeñas llamas. Comienza a crear nuevos mundos.

En esos planetas recién nacidos, germina otra vez la vida. Un proceso de creación con nuevos humanos, un mundo mágico. He nacido.

Pero nada parece ser como lo imagino. Trato de moverme pero no puedo. No tengo futuro. Estoy muriendo. Mi cuerpo está destrozado, prácticamente picado en retazos que comienzan a soltar ríos de sangre que pronto...

Y así un ciclo infinito.