Este post quiero dedicarlo a un ser que hace dos años llegó a nuevas vidas de la manera más inesperada de todas, abrí la puerta de mi casa y él entró como si siempre hubiera vivido allí.
Muy flaco, con una hernia en su panza que parecía una pequeña bolsa, grandes ojos azules, nariz rosada y un hambre insaciable: ese era Cali, un gatito con apenas unas semanas de nacido.Lo llamamos Cali por Khaleesi, porque pensamos que era niña y estaba de moda la "rompe cadenas" de Game of Thrones. Unos días después lo llevamos al veterinario y ¡oh sorpresa!, resultó ser un niño.
Al final nos decidimos por Calimero Fernando Pérez Tinaure, el peludo que comenzaría a ser parte de la familia y enamorar a todos los que lo veían en fotos, incluso a mi hermana mayor - que antes odiaba a los gatos - y ahora quiere tener uno en casa.
#Califernando ha crecido sano y fuerte. Como toda "personita" ha tenido algunos achaques, por ejemplo, un honguito en una pata porque se baña tan a menudo que al final le toca ponerse el cono de la vergüenza para mejorarse.
#Califernando no parece gato, más bien, actúa como un niño. Duerme todas las noches entre mis piernas o las de su mamá, te mira con esos ojos azules y ronronea como una moto de alta cilindrada.
#Califernando, tal vez exagere, es uno de mis mayores afectos a mis 33 años. Hoy cumple 2 años, aún sigue siendo pequeño, con un hambre insaciable y conserva su nariz rosada, pero con un corazón gigante.
Él me brinda felicidad y por eso no se porqué, pero últimamente antes de dormir, cuando lo abrazo y se mete entre mis piernas, he comenzado a tener demasiado terror al imaginar ese día en que...mejor no decirlo. Por eso, y espero que por muchos años más, cada 10 de octubre le escribiré una carta de cumpleaños para que mis sentimientos por él vivan en las letras
¡Feliz cumpleaños #Califernando! (Si quieren ver sus fotos hagan clic acá)