15 enero, 2018

Dolores O'Riordan y The Cranberries: recuerdos de juventud


Cuando era joven, casi un niño, hubo dos canciones que practicamente me llevaron a querer posar mis dedos sobre el mástil de una guitarra. Por un lado Kurt Cobain versionando a David Bowie con "The Man Who Sold The World" y The Cranberries (Dolores O'Riordan) con "Zombie".
En esta última habían tres sonidos irrepetibles: un intro con una guitarra distorsionada - tan sucia - que parecía el murmullo de un diluvio universal, la voz melodiosa de la cantante y un solo con notas tan agudas que te taladraban como balas.

Hoy, casi 17 años después, esa cantante ha muerto. Dolores O'Riordan abre la lista de 2018 de los musicos que han pasado a mejor vida. Cuando me enteré vino a mi mente ese recuerdo anterior y luego una ola de imágenes.

Junto a Dolores experimenté demasiadas cosas: amor, sexo y momentos entre hermanos.

Con Linger tuve una pausa amorosa. La tomé de la mano mientras manejaba por las calles oscuras y le pedí que volviera. Ella se negó, aunque el sudor de nuestras manos denotaba nerviosismo y una tensión que solo los enamorados conocen. 5 años después, volvió, con otras intenciones y gustos, pero al final, regresó.

Con Zombie tuve un episodio carnal de esos que solo los jóvenes conocen. Tres amigos, una chica. Ese hit noventoso sonaba a todo volumen a través de las cornetas de la computadora, el licor corría y las ganas crecían. Horas después, uno de mis amigos, me encontró en la cocina junto a la chica, semi desnuda y comiéndonos a besos.

Con The Cranberries y todo su repertorio, pude ser por primera vez un hermano mayor. Llevé a mi hermanita a un concierto de rock. La cuidé, la protegí y también vi en su mirada esa expresión que solo un joven tiene ante un grupo en vivo: que grandes se ven con sus guitarras, sus instrumentos y sus voces, parecen invencibles y eternos.

Eso fue Dolores O'Riordan, una voz invencible y eterna que, como las grandes estrellas, se apagó demasiado rápido.