La tomé entre mis manos y en ella pude ver cómo se me escapaba la vida. Dentro del líquido pequeñas burbujas contenían mis recuerdos. Como por arte de magia comenzaron a separarse de mi sangre y a elevarse hacia el cielo.
Toda mi conciencia se estaba evaporando hacia el más allá. Nubes de mi ser se formaban convirtiéndome en un ser intangible.
A medida que iba muriendo, estaba renaciendo en una nueva forma. Cuando no quedó nada de sangre, todas mis vivencias quedaron flotando a merced del aire y yo, convertido ahora en un ser invisible, comencé a construir mi nuevo universo.