06 noviembre, 2018

Una buena vida


Es inevitable no sentirse afectado por el pasado, no sé si sea una cuestión de entrenar la mente pero la mayoría de las veces los recuerdos que se proyectan ante mí son de momentos catastróficos en mi vida.
A poco tiempo de darle un cambio radical a mi existencia, he estado intentando revivir días felices. Solo puedo decir que no entiendo cómo he hecho para sepultarlos tan en lo profundo, pero es difícil sacarlos a flote.

No recuerdo casi mi infancia, tampoco los buenos días de mi adolescencia (¿acaso alguna vez los tuve?), de unos años para acá he tratado de atesorar la felicidad pero se escapa de mi memoria como el agua que se derrama entre los dedos de las manos.

Solo sé que habrá que seguir adelante sin recordar todo lo inconcluso, lo que no se logró por malas decisiones o jugarretas del destino, pero siempre, siempre tendré en mi cabeza esa necesidad de querer enmendar el pasado.

¿He tenido una buena vida? No lo sé, muchos dicen que sí, pero el problema principal es que todos los días me despierto diciendo lo contrario. Trato de cambiar esa respuesta, pero no puedo. 

¿He tenido una buena vida? Tal vez aún no ha comenzado y este es solo el principio...