21 octubre, 2019

La sombra


¡Que difícil es intentar olvidar el ayer! La mente funciona como un proyector descontinuado, reproduciendo en cada rincón recuerdos que a veces, aunque puedan parecer alegres, dejan un toque de miedo, tristeza y nostalgia.

La veo en cada pared, en el mueble, en la cocina, en el baño, abriendo y cerrando la puerta, en el ascensor, en el pasillo, fumándose un cigarro en el balcón, en la cama con su teléfono en la mano, la veo en todos lados.

Y juro que trato de hacer como en las películas de terror: cierro los ojos, cuento hasta cinco y espero que su imagen se desvanezca, pero no, sigue allí con su mirada retadora y tan muda como la primera vez que la conocí.

No dice nada, yo tampoco le digo nada, solo trato de que se materialice o se vaya, pero ninguna de las dos cosas sucede y termino aceptando su compañía como una sombra.

Es una sombra que definitivamente debería, al menos, hablar.