30 marzo, 2020

Volar


¿Volar? Sí, volar era su sueño máximo y cada vez que se sentaba al filo de su ventana, se sentía dueña de los cielos.

Veía a la gente caminar de aquí para allá como pequeñas hormigas, tal cual como en el video de una banda de música de los 90s.

Una tarde se cansó de ver todo suspendida sin poder hacer nada, dio un paso al frente y cayó, un metro, dos metros, pero luego ocurrió el milagro, comenzó a caer hacia arriba, subía, subía; como Remedios La Bella ascendió entre las nubes, desapareció y nunca más se supo de ella. Volar había sido la salida de este mundo y la puerta a una nueva vida

29 marzo, 2020

En la habitación


Dentro de esta habitación
he encontrado el amor
que muchas veces olvidé
que muchas veces perdí
y ahora que lo tengo en mis manos
no lo quiero dejar ir
es difícil soltar, es difícil aceptar
que aunque no te tengo aquí
aún estás en esta habitación

El día que te conocí
no sabía lo que ibas a decir
tal vez iba a ser un no
tal vez iba a ser un sí
lo que sé es que llegamos hasta aquí
sin saber muy bien qué hacer
a dónde vamos, a dónde iré,
aunque todo es tan claro a veces
creo que nunca te conocí 

He encontrado el amor
que muchas veces perdí
No lo quiero dejar ir
aunque no te tengo aquí

No sabía lo que ibas a decir
tal vez iba a ser un sí
sin saber muy bien qué hacer
aunque todo es tan claro a veces
Dentro de esta habitación
creo que nunca te conocí

28 marzo, 2020

El silencio absoluto


Desde la cruz finalmente entendió el error que había cometido. Tardó más de 2000 años en darse cuenta, pero esa noche fue como si su Padre le hubiera abierto los ojos nuevamente.

Frente a Él estaba ese falso representante de su palabra, enjuto, solitario, predicando al viento cosas tan vacías como el lugar donde estaban. Quería quitar los clavos de sus manos, caminar hacia ese pedestal donde ese hombre se erigía como Rey y decirle cuán equivocado estaba. 

Sí, tenía que intentarlo. Con las fuerzas que acumulaba después de ver injusticia, tras injusticia, logró separar su cuerpo de ese pedazo de madera, y como aquel día que caminó sobre el agua, flotó lentamente hacia el hombre que estaba concentrado en dar la misa.

Una pequeña palmada en el hombro sirvió para sacarlo del éxtasis religioso. Él lo miraba con desprecio, con rabia por haber desvirtuado todas sus enseñanzas, por querer parecer benevolente cuando en realidad, en medio de aquella soledad, daba señales de grandeza. 

Con su mano alzada invocó a su Padre, la tierra se abrió haciendo desaparecer al falso predicador y el silencio fue absoluto. Desde las entrañas del suelo volvió a nacer la gente, todos surgían como las raíces de un árbol y fueron poblando nuevamente la plaza. 

Miles, millones colmaron el espacio para maravillarse del milagro; el verdadero Mesías había vuelto para salvarlos y darles una nueva oportunidad, esta vez, dejándoles pensar lo que quisieran y cómo desearan, lo importante era que fueran felices siendo sinceros consigo mismos.

26 marzo, 2020

El caballero de la noche


La ciudad estaba completamente solitaria, la mayoría de las personas vivían encerradas en casa bajo una suerte de detención generalizada hasta que el Gobierno lo decidiera.

Ese no era su caso. Seguía recorriendo las calles, protegido por su uniforme de policía, que aunque lo hacía parecer autoritario, la realidad era que siempre lo metía en problemas. Esa noche patrullaba el centro de la ciudad, esperando que ocurriera algo inesperado para darle un poco de sentido a su vida.

Al virar en la esquina del hospital, vio a una chica solitaria caminando apresuradamente tratando de ocultarse bajo una bata de médico. Decidió escoltarla a la distancia, imaginó que su patrulla era un corcel y la chica una damisela esperando llegar sana y salva al otro lado del bosque.

Dos cuadras más adelante, el semáforo hizo que ambos coincidieran. Bajó la ventanilla y le fue sincero: -Te he seguido por un par de cuadras y parece que tu destino no está cerca, ¿aceptas que te lleve? - Le preguntó sonriente, mientras le mostraba su placa y trataba de ser lo más amable posible.

La chica dudó pero decidió aceptar la oferta. Apenas se montó en el coche patrullero, sonaron atronadoramente las sirenas. - Para ahuyentar a los chicos malos -, le dijo mientras tomaba velocidad por las calles desoladas.

En cinco minutos estuvieron en el portal de la doctora. Cinco minutos que sirvieron para que se miraran, se conocieran de a poco pero con lo necesario para imaginar un futuro juntos: - Estoy haciendo mi postgrado en cirugía acá en la ciudad, mi familia vive en el sur -, comentó ella. - Divorciado, con un gato que me espera en casa por comida, el cliché de un hombre con treinta y tantos -, sentenció él mientras bajaba del auto para escoltarla a la puerta.

Todo pasó muy rápido. Se miraron a los ojos. Un beso suave. Luego sus manos en la cintura de ella, después en sus caderas y ya estaban tan pegados que parecían un solo cuerpo, aprovechando la soledad de la ciudad.

Ambos se dejaron llevar, ella amparada por su bata blanca y el misterio de su identidad y él por la autoridad de su uniforme, decidieron darle rienda suelta a sus instintos. Rápidamente se puso de espaldas, bajó sus pantalones y oculta por el largo atuendo de galeno, dejó su cuerpo libre para recibir al desconocido.

Fue un rapido intercambio de fluidos, él adentro, ella moviéndose lentamente pero dejando escapar ciertos gemidos. Diez minutos después los dos alcanzaron un orgasmo. Cuando él ya se estaba vistiendo, ella dejó escapar un grito de pena y asombro: - Disculpa, eso no tenía que ocurrir hoy -, le dijo señalando un hilillo de sangre en el preservativo.

Él sonrió sin ningún tipo de remordimiento. - ¡No te asombres, no es primera vez que veo sangre y seguramente tampoco es la tuya! - habló acercándose a escasos milímetros de sus labios.

- Además, no hay que temer a manchar la espada de sangre si es por una buena causa -, le dijo dándole un beso. - Imagina que soy el caballero de la noche, y si quieres esperame mañana en la entrada del hospital, misma hora -.

23 marzo, 2020

Recuerdos


No había pisado esa casa en décadas, pero seguía recordando cada detalle, cada olor, cada ruido, cada palabra que le había dicho su madre en la infancia.

Al cruzar el portal y ver la máquina de coser en ruinas, llena de polvo y telarañas creyó que toda su vida no había pasado, nuevamente era un infante escuchando a su abuela contar momentos de la guerra, moviendo la manivela para girar la rueda una y otra vez, era increíble, lo que lograba hacer con un pedazo de tela.

El olor del café humeante lo despertó, las manos de su abuela estaban sobre su frente, acariciándolo y dándole mimos:

¡Te quedaste dormido, ¿soñaste algo?, el niño le respondió medio somnoliento: sí, que era adulto y tú eras un recuerdo!

14 marzo, 2020

Romanticismo en tiempos de pandemia


En tiempos de cuarentena todo se vale. Una cosa llevó a la otra. Justo cuando pasaba haciendo zapping por Animal Planet, mi teléfono vibró. Era mi novia, la chica hot que me llevaba loco. Aprovechando su tiempo a solas, se estaba dando amor y no dudó en grabar un videito para mí.

La tv seguía mostrando Animal Planet. Mi mano derecha repitiendo una y otra vez el video, mi otra mano, bueno sí, estaba en una de romanticismo con "mi dedo 21". De abajo hacia arriba, de arriba hacia abajo.

Del video salían gemidos, mientras en la pantalla del televisor estaban varios pandas saltando de un lado a otro. No sé, pero la cara de los pandas comenzó a llamarme la atención. Mis manos, los gemidos, los pandas, era un romanticismo de pandemia.

Sentí que el orgasmo estaba cerca, los pandas, no sé si por el reflejo entre mi teléfono y el tv, daban vueltas en mis ojos. Mi corazón estaba a punto de explotar, mi sangre fluía rápidamente por mis manos, los glóbulos rojos estaban extasiados entre pandas y gemidos.

Arriba, abajo, arriba, abajo. Una explosión fue directo a la pantalla del teléfono, otra a mi mano y al fondo los pandas. Sí, había sido éxtasis en medio de la pandemia, desde ese día, los pandas para mí tienen otro significado.

04 marzo, 2020

Al final


No sé ni a dónde vamos, 
ni de dónde venimos,

Entiendo que apenas somos, 
que apenas nos conocimos,

Comprendo que existen dudas, 
comprendo que existen miedos,

Pero qué tiene de malo, 
qué tiene de extraño,

Al final solo nos conocemos, 
al final solo existimos

02 marzo, 2020

Primera vez infinita


Siempre hay una primera vez, incluso puede ocurrir en momentos que piensas que estás repitiendo pero un detalle hace la gran diferencia.

Recorrer un cuerpo, sentir sus curvas, su humedad, ver sus lunares, delinearlo con los dedos, esa es una primera vez, cuando descubres lo caritativa que puede ser la naturaleza con algunas personas.

Sientes su respiración, sus movimientos, te apoderas de su piel y comienzas a degustarla: con la lengua, con besos, con caricias, incluso aspirando todos sus olores, sintiendo sus texturas, es como conquistar un territorio inexplorado.

Luego entras en ella y es como un ¡BOOM!, otra primera vez que borra todas las experiencias anteriores como una bomba atómica. Contracciones, roces, gemidos, contoneos, mordiscos, orgasmos, intercambio de fluidos, es una experiencia sin igual.

Al terminar, o acabar para hacerlo mas explícito, el tiempo se detiene y pareciera que todo volviera a comenzar de nuevo. Sí, es una primera vez infinita e inesperada.