24 julio, 2020

Fantasmas


Cuando estoy solo es cuando más tengo miedo. La soledad es una mala consejera y termina proyectando ante mis ojos tantos recuerdos.

Desde que me levanto comienza un desfile de espejismos felices, seductores, dolorosos que se materializan como fantasmas.

Trato de ahuyentarlos pero al final termino abrazándolos, conversando con ellos y tomándome una taza de café con el pasado. Sé que debería dejarlos ir, admitir que ya nada de eso tiene sentido en mi presente, pero quién no se ha quedado atado a cosas inútiles e imposibles.

Lo peor es que mientras más piensas en eso, más fuerte se hace llegando a tener el poder suficiente para hacerte daño, dominarte y lograr que sientas dolor, incluso tan vívido y real como cuando lo experimentaste.

Y lo más increíble, es que por más que tratas de pensar en los momentos de alegría, siempre vendrán los que causaron más tristeza o depresión.