04 noviembre, 2009

…El océano de las promesas rotas…

A veces bendigo a aquellos que pueden olvidar con facilidad, a los que con el pasar de los días borran un desaire, una promesa sin cumplir, un gesto malévolo, unas palabras pronunciadas con una lengua venenosa o simplemente un sentimiento tan grande e irremediable como el amor.

Yo simplemente no puedo ser así, mi memoria suele resultar para mí un arma de doble filo, porque suelo recordar con perfecta claridad fotográfica muchas cosas, a pesar de que no quiera. Es por ello que hace unos días le decía a mi amor, "puede que sea capaz de perdonar, pero mi memoria me impide olvidar".

Mi mente se comporta como un cofre donde atesoro sonidos, frases y palabras, imágenes, olores, gestos, caricias y millones de estímulos que se interconectan como un cableado infinito, haciendo que reviva un momento de hace muchos años como si estuviera pasando mientras escribo esto.

Es por ello que no puedo dejar de observar fotos, oír canciones, ver vídeos, leer escritos, para buscar en el fondo de mis tesoros escondidos....
Porque resultaría en un juego para tratar de engañar a aquellos recuerdos que me hacen pensar en las promesas rotas que quedaron sin cumplir y que unicamente sufrieron el terrible destino de ser condenadas a navegar en el océano infinito, indómito, tormentoso e innavegable de mis pensamientos...