17 diciembre, 2010

¿Realmente Dios está guiando el mundo o lo deja vagar?

Danny Archer, el personaje de Leonardo di Caprio en el largometraje "Diamantes de Sangre" le dice durante una escena a su coprotagonista Maddy Bowen, encarnada por Jennifer Connelly, "Todas las atrocidades que ha vivido la humanidad me han enseñado que Dios dejó este lugar hace mucho tiempo". Esta frase me ha hecho pensar, porque hace unos días algo me ocurrió y me ha colocado en una especie de somnolencia diaria.

Muchos dicen que Dios aprieta pero no ahorca, que nos castiga pero que siempre nos da un poco de esperanza, que si mostramos verdadero arrepentimiento entraremos al reino de los cielos, en fin, que el perdón siempre existirá entre los unos a los otros. Pero qué ocurre cuando suceden cosas donde miles de personas mueren a manos de alguien que se cree poderoso, si se mata a otra persona por un teléfono celular, por qué alguien muere por una enfermedad incurable o algo tan terrible como un hombre que se ciega le hace daño a la mujer que más quiere en la vida, ¿dónde queda Dios?

Me gustaría creer que todo se hace por un fin, incluso esas cosas terribles que dije anteriormente deberían tener una razón de ser, pero ¿cuáles son? ¿por qué es necesario hacerse daño los unos a los otros?. Quiero creer que todo pasa para aprender de ello, para encontrar el perdón y renovarse a partir de las experiencias personales.

Espero no ser condenado por todas las cosas que he hecho, no sé dónde estaba Dios, pero sé que el amor siempre prevalecerá y permitirá que el perdón llegue, de una manera u otra. Sé que muchas personas queridas que han dejado este mundo están en algún lugar, y tal vez por ello es que día tras día desde que mi mundo cambió, miro al cielo con la mente perdida, esperando por respuestas que no llegarán o por una redención y perdón que tal vez, tampoco reciba.

Solo me resta preguntar, ¿qué quiere Dios de nosotros?, nosotros que somos sus hijos de acuerdo a la religión, porque si eso somos debería evitar que cometamos atrocidades de las cuales nos arrepintamos y nos hagan tanto daño como una cicatriz imborrable en nuestros cuerpos.

Tal vez sea necesario pasar por situaciones crueles para abrir los ojos, tal vez sea necesario perder un gran amor para convertirse en otro hombre, tal vez los senderos de la vida tengan obstáculos tan llenos de golpes como de besos tiene una relación hermosa, tal vez todo esto haga falta para un descubrimiento personal.

Por ahora me resta esperar, sé que algún día descubriré por qué ocurrió lo que pasó y si de verdad merezco el perdón, no solo de Dios, no solo de ti, no solo de todos los que están a mi alrededor, sino el perdón que debo darme a mi mismo por haberte hecho lo que te hice.