Tranquilidad (Real)
La tranquilidad radica en eliminar todo vestigio de cualquier cosa que pueda afectar tu zen, tu equilibrio.
Consiste en agarrar candados, grandes puertas y guardar en cuartos oscuros lo que pueda perturbarte, incluso si son recuerdos de cosas vividas pero que al final no te llevarán a ningún lugar.
Cierras las puertas, pasas la llave y te olvidas de eso. Al final, tu propia memoria termina quemando la habitación, borrando para siempre el pasado.
Aceptas el día a día y comienzas a identificar a esos "monstruos" guardados en las grandes habitaciones de tu mente como: estupideces, errores, tonterías o boludeces.
Prometes nunca más volver a repetir esas meteduras de pata y así, proseguir en una tranquilidad real y sincera.