07 diciembre, 2018

Ciudad fantasma


Viajé al futuro. Fue inevitable imaginarme en las calles donde nací, rodeado de mis nietos. Caminé por vías desoladas, ruinosas y llenas de hollín.


Vi por última vez el edificio donde tantas veces hice el amor con ella, recorrí las ruinas del centro comercial donde me tatué un mono que ahora era una figura inentendible en mi brazo arrugado y fui a que mi padre, muerto unas cuantas décadas atrás, conociera a la prole que continuaría su apellido.

Todo era tan fantasmal, tan lleno de espejismos, que una extraña tristeza me llenaba de regocijo al saberme nuevamente en casa.