Me provoca arrancarme la piel con mis propias manos, comenzar a sacar pequeñas porciones de carne de mi vientre, de mis piernas, de mis cachetes, de mi pecho, observar cómo empieza a salir la sangre y de a poco van reluciendo los huesos.
Quisiera desnudarme totalmente, incluso quitarme los ojos, la lengua, cada uno de los sentidos, justo en ese momento sí podría decir que formo parte de la sociedad, del mundo, formaría parte de él porque dejaría de existir.