31 julio, 2013

...Miles de pedazos...


¿Quién soy? Me veo al espejo. No sé quién soy. Veo angustia. Temor. Ira. Miedo. Un rostro deforme. No puedo ser yo. Mis ojos cambiaron. Reflejan pena. Dolor. Cicatrices. Oscuridad. No hay luz. Ni amor. Ni sueños. Todo se apagó. Veo a un extraño. Lo maldigo. Lo golpeo. Mis manos sangran. Dolor de nuevo. Ahora sí. Me veo como soy. Deforme. Cortado. Como un rompecabezas. Soy yo. Miles de pedazos.

27 julio, 2013

...Sueña bonito...

Despierto. Te busco. No estás. Vuelvo a dormir. Al menos eso intento. No puedo. Maldita sea. Quiero dormir. Te llamo. Nadie contesta. ¿Estás con otro? Me veo al espejo. Estás en mis ojos. En mi cuerpo. En mi piel. En mis lunares. En mi cabello desordenado. Quiero borrarte. ¿Dónde estás? Insisto al teléfono. Nadie contesta. Sí, estás con otro. Te besa. Te muerde. Te lame. Te penetra. Besa tu vientre. Besa tu panza. La estrella de tu ombligo. Te sigue penetrando. Pienso. En mi cama lo siento. Sé que te embiste. Sé que eres de otro. No lo admito. Todo se jodió. El amor. El cariño. No, eso no. Pero me obligo. Te odio. Te quiero. Siento que vas a llegar. Tienes un orgasmo. Dos. Tres. Él es bueno. Te trata como carne. Eso te gusta. El orgasmo te relaja. A mí también. Duermes con él. También puedo dormir. Sueña bonito.

25 julio, 2013

...La noche...



La noche. La noche es el alimento de las ideas. La gasolina de la creatividad. La nevera ronroneando. El bombillo luchando contra la oscuridad. Los insectos dueños del espacio. Los fantasmas hablando de sus recuerdos. Las figuras de un cuerpo extraño frente al tv. Un posible baile. Un posible amor. Sexo. Caricias. Aroma a frutas, no, eso no. La noche. La noche es soledad. La noche es multitud. La noche es pensamientos. La noche es vida, el día es muerte. Mi vida. Mi muerte.

24 julio, 2013

... Un ciclo...


Cada segundo pasa. Muere la cobardía. Pienso en ella. En mi hermana. En mi madre. En mi otra hermana. La cuerda alrededor de mi cuello. Mis pies fijos en la silla. La oscuridad se ilumina. Mi padre frente a mí. Pasan los segundos. El sudor recorre mi cuello. No me decido. Aún soy un cobarde. Pienso en la vida. Pienso en la muerte. Pienso en una solución. Mi padre está triste. Quiero dar el paso. Recuerdo mi infancia. Sonrisas. Alegrías. Regalos. Mi abuela. Los parques. Los viajes. No es sudor, es una lágrima. (…) Grito. Algo me duele. Fui joven. Perdí a mi padre. Perdí mi inocencia. Se fue la alegría. La felicidad. Fui maldito. Esa época murió. ¿Estás bien?. Mi padre me habla. Está conmigo. Recuerdos. Muchas ellas. Muchas emociones. Golpes. Delirios. Enfermedades. Mis pies fijos en la silla. La cuerda. No soy cobarde. Debo hacerlo. Sí. Es la solución. Doy el paso. Asfixia. Mis pies golpean el aire. Luz. Es el final. Abrazo a mi padre. Estoy con él. No es el momento. Debo nacer. De nuevo. Otra vida. Otra emoción. Otro mundo. Soy otro. Fui valiente. Di el paso. Nací. Todo se repite. Felicidad. Tristeza. Muerte. Un ciclo.

19 julio, 2013

...Tuve que...


Tuve que matarla. Debía hacerlo. La amaba, pero tuve que matarla. No supe qué hacer. Asfixiarla. Estrangularla. Maniatarla. No, era muy bella para dañarla. La miré. La palpé. La sentí. Era perfecta. Mis manos en su cuello. Le faltaba el aire. Sus ojos me miraban asustada. No se resistía. La sentía como un ave sin alas. Se retorcía. Me golpeaba en el pecho. Presioné. Presioné otra vez. Sentí el fin. Presioné. Su mirada se apagó. La besé. Ya no hubo calor. La vi. Era hermosa. No fue su culpa. Besé su cuello. Su pecho. Su cabello. Su vientre. La tuve. Me despedí. La amaba, pero tuve que matarla.

01 julio, 2013

...¡Maldita sea!...

Dos palabras, un motivo. Lo he dicho tantas veces por la misma causa, que ya perdí la cuenta. Algunos dicen que es una grosería, otros que es un insulto directo al creador del cielo y la tierra y los mayores, se atreven a darte una bofetada cuando eres menor de edad para que no lo repitas. 

Para mi, es una terapia. Con estas dos palabras dejo salir molestias, decepciones, violaciones directas a mi confianza y sobre todo, cuando alguien se atreve a verme la cara. Decir en voz alta Maldita sea, es como golpear una pared, como patear una mesa, como disparar un arma o como el deseo de matar alguien, la ventaja es que te evitas toda la destrucción, toda la sangre o una condena en la cárcel por acabar con una vida. 

Este alarde de rabia lo prefiero en mi lengua materna, el español es tan sabroso para este caso que no lo cambio por nada. Tiene un son, un sabor único cuando lo gritas. Maldito sea yo, Maldita seas tu, Malditos sean todos. A veces es necesario insultar todo, hacer como el efecto de una bomba atómica para destruir nuestro entorno, que permita reconstruir todo sobre los desechos que quedan. 

Maldita sea la gente que habla de la boca para afuera, los que creen que todo en la vida es un juego y que las palabras, los escritos o los inicios de un sentimiento, son estupideces. No creo en nada, no creo en sueños y mucho menos, no creo en letras que vengan de otra fuente que no sean mis manos. Maldita sea, lo que originó este escrito.