11 agosto, 2011

...Una contradicción...


BleuNoir-Flickr
En el mundo existen todo tipo de mujeres, cada una con la cualidad especial para poner al hombre que elija de cabeza. Sin embargo también está la que considero el eslabón perdido de la cadena: esa que en su mirar, en las curvas de su cuerpo, en sus gestos— incluso su silencio—, tiene todo lo necesario para rayar en la perfección y que resulta en una sencillez cautivante.

Tras sus ojos se esconden temores, deseos, preguntas, sentimientos y detalles, algunos tan profundos que pueden quedar ocultos por toda una vida. Algunas veces puede existir alguien con suerte para develar todos esos secretos y realmente descubrir un verdadero tesoro, invalorable y de una riqueza eterna.

En su cuerpo, en sus curvas y su piel, está el mayor placer, todo un universo indómito que representa un reto para todo hombre. En cada centímetro de mujer existe una nueva sensación que descubrir y guardar. Por eso es que dicen que una caricia vale más que mil palabras, porque es cierto, a una mujer se le pueden escribir miles de poemas, cantar millones de canciones y dedicarle escritos durante toda una vida, pero si logras darle cariño como si fuera una frágil rosa te la ganarás para siempre.

A pesar de que todo lo anterior puede resultar muy bueno, hay algo que es bastante difícil de controlar cuando se trata de entender a una chica. Sus gestos y su silencio son uno de los enigmas más grandes de las interacciones entre un hombre y una mujer. A veces con un gesto ella te puede decir que no cuando realmente es un sí, o tal vez su silencio indica preocupación y luego de unos minutos termina respondiendo con un simple ¡nada! Si es así, hay que tomarnos un tiempo para entenderlas y dejar que hablen por si solas, porque si las obligas no tendrás buenos resultados.

Todos esos detalles hacen de estas creaciones de Dios unas verdaderas diosas, que en la mayoría de las veces resultan inalcanzables para los mortales como el que escribe estas líneas. Son una combinación perfecta de cosas buenas y a veces malas—una contradicción—, pero al final, el resultado es único, porque sin una mujer los hombres no podríamos vivir.

Basado en la foto que acompaña a este post. No conozco a la modelo pero sin duda cada uno de sus trabajos es un placer visual (+18)