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| National Geographic |
Confieso que me gusta hurgar en el pasado, aunque sé que es un vicio tan terrible como las drogas, para mí es necesario revivir momentos y asociarlos con días, fechas, horas, estados de ánimo y memorias.
Al corroborar tantas cosas siento que no he salido de un círculo vicioso que es el resultado de ciertas acciones, de decisiones que se encargaron de darle un giro de 180° a algunos asuntos personales.
No hurgo en lo que me ha pasado para arrepentirme, sino para encontrar soluciones que me den la llave para encaminarme hacia el futuro sellando agujeros, que como tuberías rotas, están dejando fluir la felicidad hacia lugares inalcanzables.
El asunto es, ¿los demás también están dispuestos a cerrar esos hoyos negros?
