22 agosto, 2018

El terremoto en Venezuela


Los venezolanos seguimos pecando de esa grave enfermedad de creernos el mero centro del mundo e insistir en que a veces estamos ungidos por la gracia divina.


Después del "terremoto" de magnitud 7.3 de este martes, comenzaron a circular por allí una serie de videos sobre el milagro, la suerte, lo bueno que es Dios, en fin, la buena leche de los venezolanos al haber superado sin un solo muerto el mayor movimiento telúrico registrado en años en el Caribe.

"18 de enero, sismo en Italia de 5.4, 34 muertos; 10 de mayo, sismo en China de 6.5, 24 muertos; 19 de septiembre, terremoto en México de 7.1, más de 300 muertos"; así va comentando en un video un "influencer" para hacer una comparativa y agradecerle a Dios por la buena suerte que tuvimos.

El tema es que algunos olvidan una variable que fue la única que nos salvó: la profundidad del movimiento telúrico. Si el evento sísmico hubiera sido un poco más arriba, tal vez, muchos no lo estuvieran contando. No quiero caer en el tema religioso, pero en estos momentos en el que la realidad golpea fuerte el ánimo de todos los que vivimos en esta Patria es mejor ser claro y no jugar con la información para buscar adepto o lavarle el cerebro a la gente.

Si Dios fuera tan bueno con el país, tal vez podría hacernos el favor de... (mejor no lo digo porque de repente llega el Sebin a llevarme preso).

Fue una casualidad que nos salvó el pellejo en esta ocasión, no olvidemos que aún hay muchas tragedias que siguen ocurriendo y a las que no se les presta la atención debida.