31 mayo, 2022

Pasando la tarde

Al despertar el día pintaba con una típica mañana de otoño. Un sol tan amarillo como el que pintan los niños en sus primeros dibujos, el cielo azul arropando a las hojas pálidas de los árboles y el viento completamente frío.

A él le pareció que era un día perfecto para salir a caminar con su chica. Vivían en una pequeña ciudad, lejos de la rutina citadina, rodeados por árboles, lagos y montañas que en invierno se pintaban de blanco.

Salieron temprano, tomados de la mano y pensando en darse un baño en unas aguas termales cerca de su hogar. Las primeras horas del paseo estuvieron perfectas, tomaron fotos, algunos besos esporádicos y pícaros que sirven para darle combustible a una relación de poco tiempo, algunas pausas para comer, era una salida perfecta.

Aunque luego del mediodía el ambiente cambió radicalmente. En el horizonte se escuchaban truenos y las nubes reemplazaron el cielo azul y el sol amarillo, por un ambiente digno de bosque embrujado en una película infantil.

Al caer las primeras gotas el chico tuvo temor, primero porque no había predicho ese giro del clima y segundo por la reacción de su pareja cuando se enterara de que ni una sombrilla llevaban.

Efectivamente la lluvia comenzó a caer acompañada de gotas redondas, pesadas, que golpeaban la tierra y el sol ya no se veía a través de los árboles. Él, que tenía un poco de irreverencia en sus acciones, solo pensó en una solución para calmar a su chica. 

- Mi vida, pase lo que pase, yo te voy a sostener bien fuerte -, le dijo tomándola de la mano. 

Ella extrañada, asintió primero y luego le preguntó el por qué. - ¿Tú ves ese árbol mediano que está allí? - Le preguntó, - Vamos a subirnos a su copa y esperar a que pase la lluvia -

La chica no daba crédito a la locura de su novio, pero también le agradaba, por eso le había parecido atractivo desde un primer momento: su improvisación, irreverencia y el hacer cosas que a nadie más se le ocurrían. 

Él la tomó por la cintura, ayudándola a subirse a través de las ramas. Aunque trataba de controlarse, el chico tampoco perdía oportunidad para observar su trasero, sus piernas y tocar toda su feminidad. Al llegar al tope, la vista era espectacular, una sábana gris tapaba la mitad del camino y más allá se divisaba un pequeño punto de luz, el sol trataba de recuperar su espacio de astro rey.

Al final, se quedaron hasta el atardecer sobre el árbol. Hablando, comiéndose con la mirada y averiguando detalles de la vida del uno y del otro. Él confirmó sus sospechas, le encantaba escuchar aquella voz suave y tierna, mientras ella supo durante esa rara estadía que el devenir de esa relación iba a ser una combinación de locura, pasión y conversaciones profundas. 

02 mayo, 2022

El tiempo




El pasar del tiempo es inclemente,

deja a su paso promesas rotas,

espejismos de lo que quisimos ser,

lo que soñamos, lo que deseamos,

pero que al final nunca fue



El tiempo me roba lo mejor de ti,

como un ladrón silencioso, cruel,

cada día te quita energía, vida,

y no sé si batallar contra él,

o aceptar que es una guerra perdida



Sé que no debo preocuparme,

el tiempo también me erosiona,

como el viento pegando contra la roca,

trato de ser fuerte, firme,

pero no puedo, estoy inerme,

triste, afligido, porque al final,

tú y el tiempo, serán uno,

un mar oscuro lleno de recuerdos