28 agosto, 2023

Bosques de colores


Las mañanas de Tommy eran muy tranquilas. Despertaba, tenía comida servida en su plato, varias pelotas rojas en el suelo para jugar y su arenero listo para hacer sus cosas. Sin duda alguna, era un gato privilegiado.

Aunque a veces pasaban cosas como la que ocurrió un sábado, cuando despertó asustado por unos ruidos y una extraña sombra que venía de la sala de la casa. Miró fijamente y todo su pelaje se erizó, era una figura con grandes alas, un aguijón y peluda como él. Saltó rápidamente de la cama y fue a buscarla, su instinto cazador lo impulsaba a ser valiente.

Con su cola baja, las orejas levantadas y sus garras saliendo de sus patas fue a buscar a ese monstruo y cuando lo vio, no supo si reirse o dar media vuelta para irse de nuevo a dormir a la cama.

La luz lo había engañado, lo que parecía algo gigante en la sombra solo era una abeja que se había posado en la ventana. Tommy decidió ir a buscarla, mirarla para saber si era tan malvada como parecía. Se puso muy de cerca, casi rozando su nariz con el cuerpo de la abeja y se quedó mirándola, oliéndola. Cuando levantó su pata para tocarla, la abeja pegó un grito pensando que la iban a aplastar.

Tommy pegó un saltó hacia atrás y luego volvió a acercarse, hizo eso varias veces hasta que no aguantaba la risa. Después de varios saltos y gritos, que para su mamá parecían un simple juego, la abeja le habló: - Sé que te diviertes, pero necesito ayuda porque tengo un ala doblada y no puedo volar bien -; Tommy la observó fijamente y era verdad, su ala estaba doblada como su cola cuando dormía.

Decidió ayudarla. Se acercó lo más que pudo y dejó que se montara en su nariz. Primero sintió cosquillas y luego algo que no había conocido jamás. El cuerpo de la abeja tenía muchos aromas y ella le explicó: - Es el olor de todas las flores que he visitado hoy -.

Por el olor Tommy podía imaginar cada una de ellas: amarillas, de pétalos grandes, rojas, pequeñas, muchas, una sola, era increíble poder imaginar un jardín entero solo por el aroma.

La ayudó a salir por la ventana pidiéndole que volviera el otro sábado. Desde ese día, cada fin de semana Tommy recibía a su amiga voladora para sentir el olor de las flores y viajar en sus sueños a bosques infinitos de colores.

31 julio, 2023

Donde come uno, comen dos

"Menudo, juguetón, inteligente, simpático, bien portado, independiente", esas y algunas otras eran las virtudes que había cultivado Tommy a lo largo de su vida, siendo un gatito jovial y que de a poco había entendido que llevarse bien con otros gatos, en especial con Califernando, era una parte de vital importancia para vivir junto a su mamá.

Como le pasa a todo ser viviente, a medida que crecía también descubría características de si mismo que lo hacían único. Hubo una en especial que conoció una noche en que estaba solo, su mamá se había ido a visitar a Califernando y a él, como siempre le ocurría en soledad, la pancita le estaba sonando más de lo habitual: tenía hambre.

Estaba desesperado, para olvidar un poco el sonido de su pancita se puso a jugar con su pelota roja, corría de acá para allá, la atajaba como si fuera un portero en pleno mundial de fútbol, la lanzaba a la cama, al baño, pero aún el murmullo de su panza lo distraía. Llegó un momento en que no podía más, necesitaba comer.

Se precipitó tan rápido hacia el plato que le pareció que su cuerpo se separaba de su pelo, tal cual como en los dibujos animados, se había duplicado en dos Tommys. Mientras el resto de su humanidad gatuna jugaba con la pelota roja, su almita comenzaba a comer como desesperada en su plato verde.

Después de ese día nada iba a ser lo mismo y como el gatito curioso que era, quería dominar esa nueva virtud. Cuando quería duplicarse, corría muchísimo y lograba dejar en un lugar su cuerpo y al otro iba su almita gatuna. Así podía estar durmiendo con su mamá en la madrugada y su almita gatuna, tumbando la escalera que estaba en la sala. O en navidades, corriendo detrás de la pelota roja y al mismo tiempo, tumbando el arbolito de navidad. Y claro, lo más importante, cuando lo dejaban solo por más de dos días, corría muy rápido al plato y terminaba comiendo por dos, esa, sin duda alguna, era la mayor ventaja.

Al final descubrió lo bueno de conocerse a si mismo y entendió ese refrán que dicen los humanos: donde come uno, comen dos, y pronto, cuando le enseñara la técnica a Califernando, arrasarían con toda la comida que sus papás le iban a dejar en el comedor.

04 julio, 2023

Un mundo inmenso

Me imagino que todos pasamos por esos momentos de la infancia en los que la tv y las películas alimentaban nuestras fantasías al insistir en que el mundo era infinito, gigante y lleno de lugares increíbles por conocer.

Sin embargo, a medida que te vas haciendo viejo te das cuenta de que ese universo que te describieron en la escuela durante las clases de geografía, no es tan gigantesco como parece y que aunque tiene miles de planetas, soles y estrellas, su espacio y tamaño solo depende de tu mentalidad, tu poder adquisitivo y lo que vayas aprendiendo cada día.

Después de muchos años te miras al espejo, observas a tu alrededor y caes en la cruda verdad de que tu espacio sideral es finito, por haber perdido la imaginación e inocencia del niño que fuiste o por los típicos problemas de la adultez.

Por eso te intentas refugiar en pasatiempos y momentos de ocio como la música, la escritura, la fotografía, el dibujo y también en detalles que pasan a ser el pilar de tu vida diaria: una mascota por ejemplo, que para algunos es la señal inequívoca de que estás pisando la vejez y para otros, una muestra clara de que aún puedes dar amor.

En mi caso, Califernando, mi gato, es ese hijo que nunca tendré y en el que me puedo refugiar para aportarle algo a la sociedad. Juego con él, le invento canciones, le corto las uñas, le cambio la arena, le pongo comida apenas no ha terminado de pronuncia su característico MIAU, le doy agua del vaso que siempre está frío en la nevera, guardo unos pedacitos de jamón para que coma si es que el almuerzo no tiene proteína y muchas cosas más.

Al leer el párrafo anterior cualquiera podría pensar que soy su esclavo y aunque esa afirmación no dista de la realidad, él también me regala momentos que me devuelven la misma sonrisa que tenía cuando de niño imaginaba mundos y planetas inexplorados.

En las noches cuando lo cargo en brazos para ir a la cama a dormir, a veces paso cerca de la ventana y ambos nos quedamos absortos viendo las luces de todo lo que se mueve en la avenida. 

Allí, justo en ese momento sucede el milagro y ambos nos convertimos en niños: él mueve sus ojos y cabeza de lado a lado, persiguiendo fijamente a los autos y peatones, mientras yo me pregunto qué pensará e imaginará Califernando y caigo en cuenta maravillado por ese espectáculo de verlo disfrutar, de que ambos somos ese niño que solo se divertía al mirar la televisión mientras imaginaba a un mundo ajeno a él dar vueltas infinitas e imparables.

27 junio, 2023

La piña

París es reconocida hoy día como la ciudad de la luz, sus calles evocan romanticismo, vida nocturna y una mezcla de historia y futuro en cada esquina que se recorre. Sin embargo, a principios del siglo XX todo era completamente distinto, un espacio que proyectaba crecimiento pero aún le faltaba mucho por lograr.

Para sus habitantes era un resquicio con callejones oscuros, malolientes y a veces peligroso, aunque en algunas oportunidades ofrecía un perfecto escondite para amantes furtivos que se escapaban de las cadenas de sus familias y se iban a retozar un poco a orillas del río Tamesis o en cualquier lugar donde la luz escaseaba y la oscuridad servía de manta para arropar su amor. Y entre ellos, mirándolos desde la distancia, oculto entre las noches, estaba un personaje que luego la historia haría famoso: el conde Dracula.

Aunque hoy se le conoce como a una bestia despiadada, adorador de la sangre y que se comía todo a su paso, esta idea es muy contraria a la verdad. Dracula era un incompredido, temeroso a los humanos y un constante observador del amor, un sentimiento que a él se le escapaba de sus manos como el agua que resbala entre los dedos porque nunca podía socializar normalmente con alguien.

Todas las noches recorría los callejones oscuros para mirar a los amantes parisinos, sumido en esos momentos de sana envidia, añoraba encontrar a una amante que lo supiera apreciar por lo que era: un ser extraño que deseaba ser normal.

Una noche la ciudad parecía más romántica de lo habitual, tal vez la lluvia que la hacía lucir más limpia y brillante, el agua convertía a las piedras de las calles en un espejo que reflejaba perfectamente las figuras de los caminantes y además, ayudaba a que los olores se exacerbaran y Dracula, entrara en un frenesí propio de una bestia insaciable.

Caminaba como un loco de esquina a esquina, mirando, escuchando, hasta que en una de ellas, escondido detrás de unas baldosa, pudo ver a una pareja que estaba apretada en un abrazo. Se besaban, ella colocaba sus manos en el cuello de su amantes mientras él rodeaba su trasero con sus manos. Dracula estaba expectante, quería ver qué iba a suceder pero en ese instante su olfato percibió un olor entre dulce y ácido, era algo indescriptible, ese aroma le recordaba a algo que para él estaba prohíbido y sin embargo le daba mucha curiosidad: le olía a sol, a día, a lugares coloridos.

Desde ese momento no tuvo paz, comenzó a cambiar sus habitos. En vez de escudriñar los rincones de amantes nocturnos, caminaba por toda la ciudad buscando nuevamente ese olor a luz. Las tiendas de ropa, los hospitales, los parques, hasta que pasó cerca a una frutería que apenas había cerrado y ahí lo sintió, ese olor amarillo. Entró sigilosamente, pasó su nariz por los estantes y su afinado sentido lo llevó derecho a un mueble donde había una fruta con escamas, una corona y un olor penetrante.

Quedó enamorado de su aroma y apenas hincó sus afilados dientes en su piel, no quiso más nunca separarse de ella. Nadie lo supo en esa oportunidad ni lo sabía hasta ahora, pero Dracula quedó prendado de la piña y por esa atracción murió, viajó al Caribe buscando su origen pero allí el sol era tan fuerte, que no lo pudo soportar. El amor y obsesión por aquella fruta, lo llevó a la perdición.


31 mayo, 2023

La llegada


Su llegada fue inesperada, casual, pero luego fue como una brisa de aire que lo cambió todo. Me ayudó a entenderme, a quererme y también a quererla. 

26 abril, 2023

Duplicado

En un futuro no muy cercano todos tendremos la posibilidad de usar dispositivos que, de acuerdo a la necesidad que tengamos, podrán clonarnos por un tiempo limitado para ayudarnos en alguna tarea en específico y así, como siempre ha sido el objetivo de la tecnología, mejorar nuestras vidas. 

Y como a veces nuestra vida mejora de acuerdo a deseos e instintos primigenios, ¿no sería maravilloso poder clonar a la pareja para tener un tórrido trío y así saciar las ganas sexuales? Lo imagino así...

..."Sabía que su novia siempre había tenido la fantasía inconfesable de hacer un trío con otra mujer, siempre que miraban porno terminaban mirando a dos chicas comerse hasta el alma o simplemente dos amigas que "comenzaban la fiesta" antes de que llegara la pareja de alguna de ellas. 

En ese entonces ya existía esa maravillosa tecnología que te ofrecía clonarte por tiempo limitado para poder hacer más cosas en poco tiempo: enviar a tu otro yo a la fiesta de los amigos de tu hijo para poder escaparte a la playa, avanzar en un proyecto del trabajo para ver si así algún día te daban un ascenso o simplemente, tener alguien con quien hablar cuando te sentías solo. 

Sin embargo, también tenía un tema inconfesable que su pareja no conocía y es que, en una oportunidad, se clonó para tener sexo consigo mismo, una experiencia "bilateral" que le dio uno de los mayores placeres de su vida. Por eso, en esa onda, en una de esas escapadas de fin de semana mientras su hijo disfrutaba con "su otro padre", invitó a cenar a su novia. 

Llegaron a un restaurante bastante pequeño y se sentaron en la mesa del fondo. Mientras bebían y conversaban animadamente, ella sintió que la miraban desde la barra. Al observar, se vio a si misma. Se río timidamente mientras juzgaba a su novio, aunque en el fondo le pareció interesante verse a si misma vestida de manera un poco más atrevida pero con la misma vivacidad en los ojos. 

Él le hizo una seña a la chica para que se acercara y en pocos minutos ya estaban hablando como si fueran familia. Dos horas después, la velada se había trasladado a la sala de su casa. Ella cada vez estaba más atraída por si misma, ahora entendía por qué su novio la deseaba tanto: una linda sonrisa, ojos brillantes, cabello negro liso y largo, una boca gruesa y unas curvas hermosas. 

Esa fue la razón por la que cuando se quedaron solas, mientras él preparaba todo para ponerse a cocinar, ella tomó la iniciativa besando suavemente en los labios a su doble. Fue una experiencia extraña, pero quiso continuar acariciando todos los lugares erógenos de su cuerpo. La respuesta fue la que pensaba, una ola de excitación las unió en una extraña conexión. 

Para el momento en el que el chico entró a la sala, ya su mujer estaba con las piernas abiertas sobre el sofá mientras su clon le pasaba la lengua por toda su intimidad. Después de unos minutos, él se unió a la fiesta y entre ambas también le dieron oral y luego, mientras su chica recibía unas cuentas embestidas, ella le lamía el trasero a su doble, dándose cuenta por qué ese era su gancho, le parecía demasiado apetecible, voluptuoso y que podría ser capaz de despertar cualquier órgano genital masculino.

Esa noche ella entró en si misma, él entró en "su otra pareja" y ambas, probaron entrar en su novio. Todo fue placer para los tres y por eso, unos meses más tarde cuando se enteraron que por una suma de dinero y algunas cuotas podían crear un clon que funcionara por tiempo ilimitado, se anotaron en la lista y así, hicieron crecer a la familia." 

05 abril, 2023

En blanco


¿Será malo quedarse sin ideas? Esto es un arma de doble filo porque la mente te queda en blanco y precisamente, una hoja en blanco es una invitación directa a crear e inventar.

Que complicado es el proceso de creación. 

29 marzo, 2023

Te quiero incluso cuando...

He pensado en una definición relacionada al amor pero no sé si estaré en lo cierto, ¿qué pasa cuándo alguien no te quiere/ama durante todos los aspectos de tu vida?

Siento que es un tipo de racismo, racismo amoroso diría yo. Tratan de excluirte, de negarte o simplemente erradicar esa faceta de ti que no les gusta cuando están contigo, no intentan buscarle una solución sino que, como un fascista o radical, intentan eliminar el problema a toda costa. 

Y no, los sentimientos y sobre todo en la vida de pareja, se debería conversar, intentar, solucionar y entender el por qué de las cosas, sobre todo por qué una persona actúa como actúa. 

Mientras no se cause daño, que bonito resulta siempre escuchar cuando te dicen: "te quiero incluso cuando..."

21 marzo, 2023

El Cairo


Era una tarde tranquila en el Cairo. Aunque apenas tenían un día en la ciudad, ella sentía la necesidad de visitar las grandes pirámides con las que había soñado desde muy pequeña y por eso ya estaba en la puerta de la habitación esperando por su amigo, que extrañamente se estaba tardando más de lo normal en arreglarse. Ella desde minutos atrás se había colocado un vestido rosa claro de falda hasta las rodillas, estampado con flores negras y rojas, que la hacían lucir tranquila, veraniega y muy joven. 

Nada muy atractivo ni llamativo, se dijo ella. Sin embargo al verlo ella notó algo extraño pero no quiso entrar en detalles, solo más casual de lo normal. Se tomaron de la mano y salieron a la calle, el calor era pesado, el viento un tanto arenoso y el ritmo de la vida era sumamente agitado, nada de lo que habían conocido se le comparaba. Corrieron entre la gente en medio de risas y de un salto entraron al transporte turístico que los llevaría a la zona de las pirámides. 

Una voz inteligible les iba contando la historia de la ciudad, entre faraones, matanzas y guerras, mientras ellos solo se miraban y jugueteaban con sus manos como dos enamorados. Llegaron a las pirámides y eran increíbles: gigantes, imponentes, era como viajar al pasado de manera inmediata, se olía la historia en el aire. Caminaron, tomaron fotos y comenzaron a rodear la estructura, separándose del resto del grupo sin darse cuenta. Cuando miraron a su alrededor ya no conocían a nadie y estaban frente a una escalera intrincada a un costado de la pirámide. 

Él la tomó de la mano invitándola a subir ese camino desconocido. Comenzaron a caminar y llegaron al top de la pirámide, ya caía el sol y unas pequeñas luces despuntaban en el horizonte mientras el cielo se teñía de un naranja fuerte, sólido y que parecía sacado de una película. Encontraron un lugar para sentarse. Allí hablaron de todo, miraron las estrellas que comenzaban a iluminar el cielo, a tratar de adivinar dónde estaba su hotel y a contarse cómo se habían sentido durante el inicio del viaje. Como estaban tan cercanos, él sintió el profundo aroma de sus cabellos ondulados. Él no lo pudo evitar, comenzó a acariciar su cabello y a colocarlo detrás de sus orejas. 

Al ver su cara tan fragil y femenina, comenzó a besarla suavemente por las mejillas, las orejas, mientras tomaba sus manos para acariciar sus dedos suavemente. Ella comenzó a respirar un poco más fuerte, volteó a mirarlo y sus bocas se encontraron para besarse, primero tímidamente y luego dejando encontrar sus lenguas. Ya se habían entregado el uno al otro. Él ya estaba acariciando las piernas de su chica, sintiendo sus gruesos muslos y sospechando que del interior de su cuerpo emanaba un calor erótico y de deseo. 

Subió un poco más sus manos, mientras ella lo abrazaba por el cuello, mordiéndole las orejas, besándole y dándole paso para que la explorara, necesitaba sentirse deseada y querida. Con sus dedos encontró la fuente de su calor y tímidamente retiro suavemente la tela que lo separaba del lugar más femenino de su chica, la sintió húmeda, caliente y luego de preguntarle si podía tocarla, un suave sí le dio paso para meter un dedo, luego dos. Ella ya no era dueña de si. 

Hurgó entre su pantalón, bajó su zipper y sintió su dureza, su masculinidad y se sentó sobre sus piernas. Inmediatamente fueron uno. La falda de ella los cubría de cualquier sospecha pero bajo la tela, él estaba entrando una y otra vez mientras ella lo abrazaba y movía sus caderas para sentir más profundo. Sin pensar, sacó debajo de su vestido sus senos, unos lindos pezones marrón claro que estaban erizados y querían ser lamidos. Al tierno paso de la lengua de su chico por sus pezones, sintió que todo su cuerpo se contraía y su humedad llenaba toda la masculinidad de su chico. 

Se tomaron unos minutos para hablar, besarse y luego pensar cómo retornarían al hotel, donde esa misma noche, volverían a hacer el amor pero esta vez de una forma más tranquila y donde se probaron en todos sus rincones.

07 marzo, 2023

Complacencia




Cuando pienso en tu boca,
Me imagino el dulzor de su miel,
Un sabor que me tiene pegado a tu piel,
Con deseo y ganas locas

Por eso eres mi mayor fantasía,
Con curvas y lugares ocultos,
De esos que a veces busco,
Para estallar en ellos de alegría


Me gustaría poder probarte,
Al menos por un segundo,
Y aunque nos separa todo un mundo,
Sería increíble al menos poder tocarte

Mírame, hablame un poco,
Dime lo que quieres,
Que trataré de complacerte,
Seguramente mucho, seguramente poco.

21 febrero, 2023

Película: 'The Whale' (2022); tocando fondo en el medio de la redención

Título original: The Whale
Año: 2022
Duración: 117 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Darren Aronofsky
Reparto: Brendan Fraser, Sadie Sink, Hong Chau, Ty Simpkins, Samantha Morton, Sathya Sridharan, Jacey Sink

Sinópsis: Un solitario profesor de inglés con obesidad severa (Brendan Fraser) intenta reconectar con su hija adolescente en una última oportunidad de redención.

¿Por qué cuando nos sentimos peor en el interior tendemos a querer destruir nuestro exterior? Los primeros diez minutos de 'The Whale' son un golpe al espectador de crudeza, algo obscena, en la que vemos a un Brendan Fraser en un momento de autodestrucción y ganas de matar algo que lleva por dentro. 

La película está hecha de una forma en que terminas asfixiado por su cotidianidad y su manera de mostrar el entorno de una persona que de algún modo no se acepta y se odia a sí misma. Un departamento pequeño, algo desordenado (aunque impoluto en el único lugar donde se atesoran buenos recuerdos), mucha comida alrededor y el ir y venir de un pequeño círculo de conocidos. 

Cuando caes en una fuerte depresión terminas encerrado en tu propio cuerpo y en tu espacio, un lugar en el que solo tú entiendes lo que ocurre y donde te sientes a gusto para autodestruirte. Estás lleno de sentmientos duros y cuando intentas salir ante la sociedad, te pones una máscara o no te muestras tal cual eres, solo dejas que vean una ínfima parte de lo que realmente te define como persona.

El personaje de Brendan, que vuelve a protagonizar después de haber estado prácticamente vetado por Hollywood, no tiene relaciones reales con el mundo exterior. Solo se apoya en su enfermera y cuando ya siente que la salud va en declive, busca retomar el contacto con su hija, a la que no vió por varios años, y ahora es una adolescente. ¿Está tratando de conseguir la redención y la aceptación?

'The Whale' se trata de eso: de entender que el exterior de una persona también nos puede decir mucho y que no importa lo que diga, en el fondo siempre va a necesitar una mano amiga, un apoyo que le permita ser pilar para comenzar de nuevo e intentar al menos, tocar fondo pero de una manera más suave. 

15 febrero, 2023

La mirada de Califernando

Era una mañana cualquiera, como todas las mañanas de mis últimos cuatro años. Califernando ronroneando sobre mi pecho mientras lo acariciaba por el pecho, el lomo y esa pequeña curvatura entre su nariz y el medio de sus cejas. 

Me sentía hipnotizado por sus grandes ojos azules, parecían como la puerta hacia un océano infinito. Él sabía el control que ejercía sobre mí porque empezó a entrecerrar los parpados, eran como tiernos aleteos para terminar de controlar mi mente. 

De un momento a otro comencé a sentir que mi cuerpo se despegaba de la cama, estaba siendo abducido hacia lo más profundo de su mirada. Un extraño poder me convirtió en un ente mínimo, que como una nave espacial, estaba entrando a la atmósfera de sus ojos. 

La fina capa azul que me separaba entre mi realidad y su mundo era un gas suave, de burbujas que empezaron a frenar mi caída hasta que unos minutos después, aterricé lentamente en una gigantesca superficie también azul, todo era azul allí. Apenas recobré la conciencia, vi a mi alrededor y esa fue la mayor sorpresa de mi vida.

Miles de Califernandos me miraban fijamente mientras ese planeta entero vibraba, era un ronroneo perpetuo y mágico. Cada uno inició un acercamiento tímido pero sigiloso, me olían, me miraban hasta que hacían contacto, al parecer buscaban ser acicalados. 

Uno a uno fueron recibiendo mis caricias, jugueteaban conmigo y me hicieron sentir en casa. Allí el tiempo no corría, simplemente era un planeta para recibir y dar amor, tal cual como hacen los gatos cuando estamos junto a ellos, ese universo de Califernando era la razón de su mirada: un mundo que reflejaba lo que buscaban los gatos, ser amados. 

10 febrero, 2023

Arenas movedizas

No tenía razón de ser. Hay relaciones que empiezan sin buscarlas, sin pensarlas y ningún plan a la vista. 

Solo te dejas llevar por la corriente, la atracción del momento y unos días después estás metido en un cúmulo de sentimientos, palabras melosas y miradas furtivas que dicen mucho en la superficie pero muy poco en el alma. 

Comienzas a esperar caricias, reacciones y sentimientos que no llegan. Y justo allí entiendes que estás en unas arenas movedizas: si pides y no recibes lo que esperas, sientes que te hundes un poco en la soledad, en el desprecio por ti mismo y tu autoestima se va al foso. 

Si te quedas callado para no hundirte en esa masa que te traga, te conviertes en una piedra con la que todos chocan, sin sonrisas, sin empatía, prácticamente te deshumanizas. 

Estás allí. Tratas de buscar ayuda pero no llega nadie. Al final te hundes, las arenas te tragan y aunque suene cruel, tienes que morir para volver a renacer, dejar todo atrás y comenzar de nuevo. Sino las sobras del pasado, las cicatrices de tanto intentar, no te dejarán vivir. 

23 enero, 2023

La finca

Despierto en la madrugada, lleno de ansiedad y pensamientos de la vida adulta, tuve miedo al recordar cuando de niño tenía que ir a aquel baño alejado de la cama. Querías sentirte seguro cuando necesitabas hacer tus necesidades pero era imposible al tener que atravesar un largo pasillo y salir a un espacio donde se veía la sabana llanera oscura, silenciosa y probablemente llena de animales salvajes. 

Es increíble que eso sea lo más vívido que recuerde de la finca de mi tío, un caserón gigante donde pasé varias vacaciones de mi infancia y si me lo preguntan, muchos momentos felices que hoy en día están mezclados en mi mente y ninguno está muy claro.

Tengo imágenes de las vacas y sus becerros, la cocina amplia donde siempre surgían conversaciones y anécdotas familiares y a unos pasos de ella, una piscina rudimentaria donde todos chapoteaban: los más pequeños como yo se sumergían hasta tener los dedos arrugados, mientras que lo más viejos tomaban el sol y gozaban con un vaso de licor en la mano.

Alrededor de todo ese ambiente familiar, se mantenía la típica rutina de campo. Fernando, el capataz, y Lino, cuidaban de las vacas, los becerros, los pollos y los cerdos, algunos que terminaban convirtiéndose en una mascota de vacaciones a los que les tomabas fotos para recordarlas cuando te devolvieras a la ciudad, tiernos, bonitos y unos meses después, te enterabas que los habían sacrificado para acompañar un asado improvisado.

En ese caserón tuve una vida casi perfecta, compartiendo con mi papá momentos que solo tengo presentes en las fotos que aún conservo. Ambos sonrientes, con miradas congeladas para un futuro que ninguno de los dos imaginaba y que en ese entonces parecía muy, muy lejano. 

Sí, la finca era un universo en si misma. Allí viví parte de mi infancia que pareciera haberse quedado sumergida en las oscuridad de ese baño, un lugar que no entiendo por qué aún me da miedo, si probablemente, luego de salir de él y volver a la habitación, escuchaba la seguridad de la respiración de mi papá, mi abuela, mi tío y muchos otros que ya no están pero en ese entonces, lo eran todo.  

17 enero, 2023

Replicas


No daba crédito a lo que veía. La parte de mi semilla que había caído al piso estaba evolucionando, pequeñas versiones de mí estaban creciendo a partir de ese líquido viscoso que mi cuerpo expulsó y ya comenzaban a poblar la habitación donde minutos antes había estado retozando con mi chica. 

Pero lo más increíble es que la otra mitad de mi sustancia reproductora que tuvo contacto con ella, también estaba creando vida, sus versiones que crecían rápidamente con todas sus partes: senos, trasero, cabello largo, etc.

Estabamos viendo el proceso del nacimiento de seres humanos de primera mano y no sabíamos si tener miedo, muchas preguntas o solo esperar a lo que iba a ocurrir. Al poco tiempo el pequeño cuarto estaba poblado: cuatro copias de mí y cuatro de ella estaban a nuestro alrededor. 

Llevadas por el deseo o muy probablemente por la necesidad de replicarse, se acercaron y comenzaron a besarse. Estaban sumidos en un frenesí de 16 manos y ocho bocas que tocaban lo que fuera. Mi novia y yo, aún cansados por el acto anterior decidimos unirnos al festín. 

No entendíamos muy bien qué pasaba, estábamos teniendo sexo con ¿nuestros hijos?, ¿nuestros clones? ¿quiénes eran esos seres? Al final no nos importó, mi chica estaba de lo más contenta siendo atendida por dos de mis versiones y dos de las de ella, mientras que yo, junto a dos de mis copias le dabamos amor al resto de replicas femeninas. 

Justo cuando estabamos al borde del orgasmo, entendímos que eran solo copias porque ellas también reflejaban en sus caras que iban a estallar. Una explosión de líquido viscoso inundó la habitación y todo el proceso comenzó de nuevo. 

09 enero, 2023

La lluvia

No sé cómo llegué allí. Tal vez era un sueño, como siempre, no sabía dónde había comenzado ni dónde terminaría. 

O probablemente fui un autómata toda mi vida y desperté sobre esa cuerda, caminando sobre un abismo que superaba la altura de las nubes. Frente y detrás de mi, un par de montañas que parecían ser mi único destino. 

La brisa me golpeaba, había un silencio profundo y no podía moverme, presentía que al dar el primer paso, me caería. Estaba petrificado. 

Fallé al primer paso. Sentía que volaba hacia mi final. Una nube espesa me atrapó, no podía ver nada, caía y caía, arropado entre la espesura de la nube. Quedé allí suspendido, flotando como una criatura en el vientre materno. 

No tengo idea de cuánto tiempo estuve allí. Un día un rayo de sol pegó directamente sobre la nube y estallé en miles de pedazos que lentamente se convirtieron en gotas. 

Caí lentamente a la tierra en forma de lluvia. Estaba regresando a la vida pero esta vez, debía encontrar la forma de ser nuevamente uno o sino, engendrar las plantas a mi alrededor para nacer de una manera distinta. 

05 enero, 2023

El perrito

Todos los días el perrito estaba allí, enrollado en el jardín de la casa, justo al lado de los neumáticos viejos del automóvil que al parecer no movían años atrás. Se notaba triste, abandonado y completamente desamparado. 

Cada día que lo veía sentía que en cualquier momento podría morir. Sin embargo, una mañana quise darle un giro a su vida. Comencé a saludarlo, al primer instante que escuchó mi voz, movió la cola. Al día siguiente, lo saludé y le di un poquito de comida. 

A la semana ya al escuchar mis pasos se paraba frente al portón, ladraba y esperaba su snack. Después de tres meses se convirtió en mi mejor amigo, le hablaba y él movía la cola de lado a lado. Sabía que ahora tenía más ganas de vivir, de convertirse en un perro dueño de su vida y escapar a un lugar mejor.

Probablemente así hizo y una mañana no lo encontré. Su dueño, corría por todo el jardín buscándolo. No me dio pena, más bien me dio alegría que ese hombre lo extrañara y se diera cuenta el daño que le había hecho a esa mascota que antes de conocerme, parecía un perro abandonado.