10 febrero, 2023

Arenas movedizas

No tenía razón de ser. Hay relaciones que empiezan sin buscarlas, sin pensarlas y ningún plan a la vista. 

Solo te dejas llevar por la corriente, la atracción del momento y unos días después estás metido en un cúmulo de sentimientos, palabras melosas y miradas furtivas que dicen mucho en la superficie pero muy poco en el alma. 

Comienzas a esperar caricias, reacciones y sentimientos que no llegan. Y justo allí entiendes que estás en unas arenas movedizas: si pides y no recibes lo que esperas, sientes que te hundes un poco en la soledad, en el desprecio por ti mismo y tu autoestima se va al foso. 

Si te quedas callado para no hundirte en esa masa que te traga, te conviertes en una piedra con la que todos chocan, sin sonrisas, sin empatía, prácticamente te deshumanizas. 

Estás allí. Tratas de buscar ayuda pero no llega nadie. Al final te hundes, las arenas te tragan y aunque suene cruel, tienes que morir para volver a renacer, dejar todo atrás y comenzar de nuevo. Sino las sobras del pasado, las cicatrices de tanto intentar, no te dejarán vivir.