Sus ojos se mantienen vivaces, quién sabe lo que pensará, pero sé que todo su ser está enfocado en lo que mira.
Esto solo lo escribo para recordarme que ella es especial, porque hay momentos en los que observa un pedazo de mantequilla derretida y me dice: - parece un corazón -.
Yo me río tiernamente y me doy cuenta que sí, me siento bien junto a ella.