No en vano el nombre de los gatos que llevan parte de sus genes es "zapatos de nieve". El pecho, la panza, manos y pies de Califernando son tan blancos como la nieve, tal vez por eso cuando lo veo me imagino en pleno invierno, rodeado de una nevada abundante y refrescante.
Su blanco es como la espuma del mar, pulcra y esponjosa, que al tocarla es suave pero a la vez se deshace entre tus dedos, eso mismo sucede con los pelos de Califernando.
En fin, Califernando es paz, es pulcritud, es todo lo que transmite ese blanco que aunque intentes de imitarlo, no se conseguirá en cualquier lugar, solo en su cuerpo.