05 enero, 2023

El perrito

Todos los días el perrito estaba allí, enrollado en el jardín de la casa, justo al lado de los neumáticos viejos del automóvil que al parecer no movían años atrás. Se notaba triste, abandonado y completamente desamparado. 

Cada día que lo veía sentía que en cualquier momento podría morir. Sin embargo, una mañana quise darle un giro a su vida. Comencé a saludarlo, al primer instante que escuchó mi voz, movió la cola. Al día siguiente, lo saludé y le di un poquito de comida. 

A la semana ya al escuchar mis pasos se paraba frente al portón, ladraba y esperaba su snack. Después de tres meses se convirtió en mi mejor amigo, le hablaba y él movía la cola de lado a lado. Sabía que ahora tenía más ganas de vivir, de convertirse en un perro dueño de su vida y escapar a un lugar mejor.

Probablemente así hizo y una mañana no lo encontré. Su dueño, corría por todo el jardín buscándolo. No me dio pena, más bien me dio alegría que ese hombre lo extrañara y se diera cuenta el daño que le había hecho a esa mascota que antes de conocerme, parecía un perro abandonado.