Decidí quedarme totalmente estático, como un depredador que espera a que su presa se acerque. La arena dejó de tragarme, parecía que finalmente tenía la solución para salir de ese problema pero aún necesitaba ayuda.
No había nadie cerca. Si alguien no se acercaba, pronto perdería la vida. Esperé, grité, pero no llegó nadie. Al final morí sin ayuda, sin intentarlo, sin compañía.