19 febrero, 2020

Felicidad es tristeza


Siempre recuerdo a una psicólogo que resalta entre todo ese grupo de loqueros que visité cuando era niño y adolescente, ella me dijo algo que trato de darle a entender a toda la gente que a veces me busca para que la escuche pero que yo casi nunca aplico.

"Debemos tratar de vivir nuestra vida como si fuera una montaña rusa, en el tope la felicidad y en lo más profundo la tristeza; pero que sea así, con altos y bajos". Cuánta razón tiene, cada día está lleno de momentos felices pero también de situaciones que te causan una infinita tristeza.

Así soy yo, y tal vez por eso, no entiendo qué pasa por la cabeza de esas personas que predican que el mundo es feliz, hermoso, perfecto y lleno de energía los 365 días del año, ¿acaso no tienen problemas? ¿los obvian? ¿Qué les ocurre cuándo caen en un conflicto o depresión?

Creo que la felicidad y la tristeza son lo mismo. Me explico, cuando vives un momento de euforia, de alegría total y luego pasa, inmediatamente después viene la melancolía, el deseo de volver el tiempo atrás, de tener un DeLorean para viajar al pasado o quizás al futuro y así experimentar nuevamente algo parecido.

La tristeza se viste de felicidad, para luego quitarse su atuendo y dejarte sumido en recuerdos, en añoranzas y una nostalgia que a veces es tan profunda que te deja ahogado en un hueco.

¿Es posible ser feliz y alegrarse por el pasado vivido? No lo creo, somos unos inconformes y siempre vamos a necesitar vivir nuevamente momentos que nos marcaron para siempre. Si no, ¿para que Dios nos dio el don de la memoria?