14 mayo, 2018

El pueblo desierto (III)


Sentado en la mecedora, luego de haber pasado más de 80 años en ese pueblo desierto, pude sentir finalmente alegría.

La mayoría de mis seres queridos se habían ido a vivir a otras fronteras, mientras yo, me quedé cuidando el cementerio familiar y los recuerdos atesorados por generaciones.

Cuando mi alma regresó a mi cuerpo, conocí todo lo que me había perdido.