05 noviembre, 2012

Entrevista imaginaria a Dios, un encuentro con nuestro supuesto creador


Sabía muy bien a donde iba, a pesar que mi lugar de destino no parecía bien definido. La carretera estaba rodeada a sus dos lados de una vasta llanura, riachuelos lejanos con el sonido relajante de sus cauces y algún que otro animal que vivía en esos campos al aire libre.

Mi camino era una recta de asfalto que atravesaba el campo hasta el horizonte coronado por montañas. Mientras avanzaba pensé nuevamente en el motivo de mi viaje; encontrar y entrevistar a un personaje que jamás se me habría ocurrido conocer, pero gracias a las cosas de la vida me concedió la posibilidad de regalarme unos cuantos minutos de su tiempo.

Finalmente, luego de unas cuantas horas de viaje, llegué a la selva amazónica. Allí me recibió el verdor de la selva, los sonidos de los animales salvajes, la calma de las aguas de los ríos que fluyen en la zona desde el inicio de los tiempos y los picos de las montañas más primitivas del planeta. Dudé un instante, pero ese era el espacio indicado para conocer a mi entrevistado, de ese modo él me mostraría el fruto de su mano creadora.

De acuerdo a lo pautado, nos reuniríamos en el "techo del Roraima", una de las montañas más altas de la selva. Pedí un paseo en helicóptero; aproveché la oportunidad para observar el agua inacabable del Salto Ángel, la punta de los tepuyes y el Río Amazonas, una lengua de agua que parecía infinita a través de toda la selva. Unos minutos después de estar viendo la majestuosidad del mundo, pedí que me dejaran en un paraje cercano para esperar a mi entrevistado.

No sé cuánto tiempo esperé; creo que dormí un rato descansando bajo un árbol. Inesperadamente un toque en el hombro me despertó y allí estaba con quien iba a conversar. Mi mente no daba crédito a mis ojos, ante mi estaba alguien que parecía mi gemelo; salvo vestido por completo de blanco y descalzo.

Lo detallé nuevamente y efectivamente era mi doble, pero tenía algo diferente e irradiaba una energía que nunca había sentido, su ropa y su cuerpo emanaban un aroma a flores.

- ¿Eres tú a quien esperaba?-, le dije mientras buscaba la grabadora en mi bolso para colocarla entre nosotros dos. Él ya se había sentado a mi lado y me miraba fijamente.

-Depende de lo que quieras creer. Por fuera soy igual que tú porque soy parte de ti, y tú eres parte de mi. Todos los que habitamos en la tierra estamos conectados-, con esa evasiva me respondió, me dio una palmada en el hombro y sonrió. -Sí soy el que esperabas ver, solo que estás impresionado porque decidí presentarme a tu imagen y semejanza.-

El sol brillaba entre las hojas de los árboles, el cauce de los afluentes cercanos le daba serenidad al lugar donde estábamos sentados y el canto de las aves musicalizaban la conversación con mi invitado.

Luego de unos minutos, mi confusión ya estaba pasando para concentrarme en la razón del encuentro que habíamos pautado. Debía realizar una entrevista y concretar preguntas que aclaran no solo mis ideas sino la de muchas personas. -¿De qué manera puedo llamarte?, tienes demasiados nombres y aún no sé cuál elegir para que conversemos.-

-Simplemente Dios. Tengo muchos nombres como el Creador, el omnipotente, Alá, Yavé, Santísima Trinidad y otros más dependiendo de la cultura. Parece que quisieran separarme y convertirme en seres distintos; no han entendido que soy uno y todos a la vez-.

Eso debe ser difícil, ser uno y todos a la vez. Tienes exigencias, deberes, tareas, derechos; ¿Qué es lo más complicado de ser Dios?

Mientras pensaba su respuesta, tomó una rama para dibujar en la tierra como lo hace un niño. Miraba ensimismado el suelo y hablaba en voz baja, finalmente se dirigió hacia mi. - Creo que escuchar a todas las personas del planeta es lo más difícil. Entender al ser humano se ha convertido en algo tedioso; prestar atención a sus oraciones me lleva demasiado tiempo-.

-Menos mal hay muchos como tú, que no rezan mucho-, me dijo con tono de reproche y me golpeó suavemente en el hombro como lo hace un amigo cuando te dice un chiste sarcástico. -Sin embargo, hay otros que se han convertido en puras exigencias, me ven como un ticket de lotería que buscan para resolver todos sus problemas y se olvidan que la solución está en ellos mismos. El ser humano cada día es más complicado, no pensé que crearlo sería para mi un trabajo infinito a largo plazo, parecen niños que siempre estaré criando y llevando de la mano; incapaces de cuidarse por si mismos. No pensé que ser Padre de todos me traería tantas obligaciones-, rió para sus adentros.

Ahora que mencionas que los humanos somos como niños; ¿Dios aprieta pero no ahorca?, qué hay de cierto en ese dicho. Seguramente a más de uno le habrás querido halar las orejas y ponerlo en su sitio. ¿Te arrepientes de habernos creado?. - Esta pregunta me costó hacerla, porque esperaba que me dijera que se arrepentía de crearme o me recordara esos momentos en que sentí que alguien me juzgó por mis errores.

-A veces quisiera apretar más, pero esa es una de las virtudes de ser Dios; la paciencia y la comprensión. No niego que en muchas oportunidades he usado distintos mecanismos para colocar en su sitio algunos; aunque al final sus mismos pensamientos y su mente se encargan de hacer lo que yo inicio-, caviló un poco mientras con sus manos terminaba de delinear el dibujo que había hecho en la tierra.

-¿Arrepentirme de haberlos creado?, jamás; porque ustedes son mi creación más perfecta, aunque sí han ocurrido cosas que me hacen reconsiderar por qué les di tanta capacidad para pensar y ser independientes. Algunos han usado lo bueno que les di para creer que son mis representantes y causar en la tierra un daño inimaginable.-

En ese momento, una suave llovizna comenzó a caer en la selva para empaparnos lentamente. La copa de los árboles hacían el papel de un paraguas natural mientras seguíamos hablando. Pensé en Hitler, Stalin y otros dictadores que se endiosaron durante sus mandatos, pero preferí llevar la entrevista a otro punto.

Ese es un buen punto, y tal vez te parezca mal esta pregunta pero ¿Dónde dice que la Iglesia y sus sacerdotes representan a Dios en la tierra?, citaré a una canción de un cantante latinoamericano“...es más que un templo de lujo con tendencia barroca; Él sabe que total a la larga esto no es más que roca”, ¿Una Iglesia es solo rocas o es importante para el hombre?

-Te responderé con parte de la letra de la misma canción; por cierto, debí cobrarle a Ricardo por las regalías porque es muy buena-, tarareó un rato la melodía: -“La Iglesia se lleva en el alma y en los actos, no se te olvide”; los sacerdotes son creados por mi y no tienen nada de especial, simplemente han estudiado más acerca de mi que otros pero no los hace merecedores de llevar mi palabra por el mundo. Prefiero un ateo que busque entrevistarme para entender mi mensaje a un obispo que solo se da golpes de pecho porque así se lo dice su “profesión”.-

Sentí que nuestro encuentro se había extendido, pero por alguna razón el tiempo estaba congelado. Era hora de ir cerrando las preguntas y permitirle a Él continuar con su arduo trabajo. ¿Alguna vez aparecerás ante todos en la Tierra o prefieres que tus hijos sigan a la deriva en el planeta?

-Aún no lo sé, prefiero mantenerme en el anonimato; imagínate, si me aparezco con este cuerpo todos saldrán corriendo asustados- bromeó entre risas. - Mis hijos no están preparados para verme, aún no entienden que no es necesario que me vean para que sientan mi presencia dentro de ellos y puedan conversar conmigo; que al final es una meditación con ellos mismos.

-Por ahora deben aprender por si solos y mantenerse como dices, a la deriva. Sabiamente les di la capacidad para ser los únicos animales que tropiezan con la misma piedra varias veces, para que aprendan de sus errores y cuando mueran, lleguen a mi lado llenos de sabiduría gracias a todas esas experiencias.-

Ese fue el mejor mensaje que Él me pudo dejar, pensé en la manera de despedirlo pero la lluvia comenzó a caer más fuerte y un gran trueno hizo que el suelo se moviera. Pensé que un diluvio universal caería sobre nosotros,

¿Se te ocurrió un nuevo diluvio universal?, le pregunté; pero no me dio tiempo de responder porque en ese momento otro trueno me despertó de un sueño. Al parecer todo había estado en mi imaginación, aunque en lo más alto de los tepuyes, brillaba el arco iris que parecía conectar cada una de esas montañas para caminar sobre ellas. Algunas gotas caían de las hojas y mi ropa estaba completamente empapada, al parecer; mi mente había vagado entre la realidad y un sueño.