26 mayo, 2020

Las preguntas de rigor


Nos conocemos verdaderamente luego de un orgasmo. Cada persona actúa de manera diferente.

Algunos ríen a carcajadas, probablemente maravillados del milagroso efecto de un mete y saca, de las sensaciones producidas por un movimiento de caderas y el roce de pieles lubricadas por el intercambio de fluidos.

Otros se dedican a dormir, descansando plácidamente como si hubieran ejecutado una complicada tarea, extenuante, difícil pero con gratos resultados.

También existen los curiosos, esos que comienzan una encuesta de satisfacción al cliente para probablemente, mejorar el desempeño a futuro. ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué? ¿Quién/Qué?, son las preguntas más comunes para formarse una historia mental: fracaso rotundo o éxito repetible.

Y están los que terminan sintiéndose dueños del mundo. Se levantan aún desnudos, se contonean por la habitación y hacen lo que más les gusta. Tocan guitarra, otros fuman, observan por la ventana y luego con una mirada seductora, hacen la pregunta de rigor: ¿Qué tal?

Ellos saben la respuesta pero quieren que la reafirmen, así alimentan su ego y tienen de nuevo un orgasmo intelectual, personal, silencioso e íntimo.

Al final todos nos movemos hacia eso, una gratificación carnal que nos alimente y nos haga sentirnos únicos, irrepetibles, deseables y perfectos, tanto por fuera como por dentro.